An ACL tale, by Ana Baggins.
Pues ya por fin pude disfrutar de mi retiro espiritual anual en la maravillosa ciudad de Austin, Texas. Sol, lluvia, buena comida, excelente música y mejores amigos. Más bronceada que nunca.
Pocas cosas en el mundo pueden hacerme sentir como esta experiencia de festival. Y pensandolo bien, creo que eso no es cierto, y sólo un festival puede darme la energía que ACL me da. Concierto jueves, festival viernes (se dice facil, pero Coldplay fue cansado), empezar temprano el sabado (para ver a Telekinesis) y seguirle con concierto en la noche (viendo a Bright Eyes por 3er día consecutivo) para llegar a las 3am al hotel. Y luego, claro, despierta a las 6am al día siguiente (porque toca Arcade Fire).
Y aunque ahora que he regresado todavía siento un extraño peso sobre mis hombros, puedo recordar el sentimiento de libertad al estar sentada en un enorme parque, rodeada de tantos extraños, con la lluvia cayendo sobre mi. Es bueno saber que cuando las cosas no andan bien puedo correr al refugio de la música. Es bueno saber que no estoy completamente muerta por dentro.
Supongo que ahora si me toca comenzar de nuevo. Esta semana será el obligado periodo de transición (me tomó más de 24 horas desempacar, y más tiempo aún dormir en mi propia cama), ver a la familia, amigos, buscar trabajo, y decirle a Jack Nicholson que se puede ir al demonio. Si quiero volver a empezar necesito cerrar los asuntos abiertos, y es lo que planeo hacer esta semana.
No sé que va a pasar, pero no puedo tener miedo para siempre. Es tiempo.
History bows and it steps aside
In the jungle there's columns of purple light
We're starting over.
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