lunes, 4 de abril de 2011

Hopeless unbeliever

Antes, el que nadie creyera en mí era mi mayor motivación. Vivía con el objetivo de probar que todos estaban equivocados, que yo podía hacer cosas que nunca nadie hubiera pensado.

La falta de fe de los demás era la fuente de la mía. Pensaba que yo era la única que podía hacer algo para crear esa fe en mí. Yo era la única con el control, y me hacía funcionar perfectamente.

Ahora el pensar que nadie tiene esa fe es simplemente deprimente. Me convertí en un pequeño ser inútil y dependiente. Ya no tengo motivación, porque ahora creo que tienen razón al no tener fe en mí.

Ellos ganaron y me convencieron.

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