Uno pensaría que dos días con jornadas de trabajo de 12 horas quebrantarían mi espíritu. Es facil pensar en un escenario en el cual regreso a mi casa con cara larga, sin voluntad de continuar y sin amor propio.
Pero no. Ayer especialmente regresé a mi casa con un gran buen humor. Con todo y tráfico y molestos vecinos, en verdad estaba muy 'feliz'.
Cada quien puede sacar sus conclusiones. Yo se lo atribuyo al señor Oberst:
En repeat. Todo el camino a mi casa :)
sábado, 12 de febrero de 2011
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