Psicología y Estados

con E mayúscula.

Tengo varios días/semanas pensando que soy ligeramente como satán, aunque sé que mis lectores discutirán eso de ligeramente y se inclinarán más por algo cercano a "heredera del infierno" o definiciones de ese tipo. Pero bueno, el caso es que he estado ponderando sobre un aspecto psicológico muy extraño de mi persona: me gustan las cosas que no puedo tener.

Estoy segura que debe haber una razón completamente racional sobre la psicología que explique por que el "no tocar" hace que quiera tocar esa obra en el museo, como ilustración. Es ligeramente esquizofrénico la verdad, pero siento que parte de las motivaciones para mis acciones están guiadas por el principio del reto, "you want it, you can't have it".

Y bueno, esta es mi manera de pedir disculpas a todas aquellas personas que se puedan ver agraviadas como resultado. Lo siento, pero en verdad no puedo evitarlo. Mi vida es así de aburrida y esto me da algo de diversión, o tal vez me tomé muy en serio a Maquiavelo.

Hablando de cosas de la escuela, justo cuando ponderaba sobre esto de la psicología me puse a comparar mis situaciones personales con analógias de Estados. Y así yo pensaba: bueno supongamos que soy un Estado que está interesado en los recursos naturales, económicos y financieros, y posición internacional de otro Estado, por lo que resultaría muy conveniente que fuera mi aliado, pero ese Estado está bajo un tratado con otros países que límitan sus relaciones internacionales por lo que yo como Estado debo convencerle de romper ese tratado y considerar negociaciones que maximizen las ganancias para ambos. El problema es que no tengo mucho que ofrecerle a ese otro Estado y la verdad si se hiciera una alianza significaría que no tienen nada que ofrecerme porque tengo lo suficiente como para que tenga preferencia sobre los otros Estados. O tal vez el secreto está en la energía nuclear. Mmmm

Sí, si paso mucho tiempo leyendo cosas de política exterior, thanks for asking.