Y al mismo tiempo no quiero.
Quiero hacerla porque se que necesito hacerla, que entre más me tarde en empezar estaré renunciando a más horas de sueño de hoy y mañana. Aún así, el pensar en la cantidad de esfuerzo para hacer que mi congelado cerebro se enfoque en la política exterior me desanima un poco.
Y hasta eso el tema es interesante y da lugar a que proponga un poco de mi opinión sobre las RRII y el estudio de política exterior. Es una oportunidad para cuestionar la efectividad del análisis en el contexto de un mundo que cambia a cada momento en base a personas, eventos y motivaciones que no cabrían, JAMAS, bajo ninguna teoría reduccionista o camino holístico.
Y aún así lo usamos porque es útil. Nos ayuda a entender, y ese entendimiento puede ser (y debería ser) invaluable. Es el aprendizaje último del mundo que nos rodea y no un intento de obedecer a las políticas enfermas de una nación. Es el esfuerzo no por moldear el mundo a nuestra manera, sino de aceptarlo y mejorarlo a la manera de todos. No se trata de predecir y adivinar, sino de entender y mejorar.
Ven como si quiero hacer mi tarea!
/soy una ñoña
jueves, 3 de diciembre de 2009
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